lunes, 24 de octubre de 2011

Prácticas referenciales de la evolución plástica de los niños de 0-6 años


En el capítulo 6 Arte y Educación de Brancusi nos explica como el impulso estético es natural hasta cerca de los 11 o 12 años, hasta esa edad los niños poseen un sentido instintivo de la armonía de los colores. Más tarde en la pubertad estas facultades se sustituyen por facultades más lógicas excluyendo las estéticas.
                Mediante la teoría del Super-Yo de Freud, el autor llega a la conclusión que es en este punto cuando el niño ya toma una forma definida. Por tanto durante el proceso de educación se deforman las cualidades artísticas con las que nace el niño.
Parecería que solo podemos educar los impulsos estéticos arriesgándonos a frustrar todas aquellas tendencias e influencias cuyo objetivo es convertir el individuo particular en un representante de nuestros Súper-Yo.
El problema se convierte en un problema de valores, y el dilema solo se ha resuelto intentando hacer del arte mismo un representante del Súper-Yo, vehiculo de los valores morales e idealistas.
La teoría platónica del arte se basa en una concepción triple de la realidad, al igual que la de Freud.
Se distinguen 3 grados: 1º la forma absoluta, 2º el objeto perceptible, copiado de la forma y 3º la obra de arte copiada del objeto. A estos tres grados de la realidad corresponden 3 grados de conocimiento.
Platón considera el arte como la copia de una copia, la apariencia de una apariencia, pero nunca considera la obra de arte como una simple replica.
La educación es la actividad de impulsar y dirigir la juventud hacia la recta razón que la ley afirma y que la experiencia de los ciudadanos mejores y mas viejos ha confirmado como lo verdaderamente correcto.
Como en toda su filosofía, Platón asigna al arte un papel funcional en materia de educación.
Es necesario desafiar la filosofía racional de la vida que Platón tan elocuentemente evoco. Toda influencia tanto intelectual como religiosa que intenta controlar el arte para sus propios fines, termina simplemente despojándolo de su vitalidad.


Para hacer una selección de los alumnos que deban ser educados para ser pintores o escultores, es necesario determinar a los once años de edad al presencia o ausencia de una facultad plástica. Dicha facultad se refiere a la capacidad para expresar por medio de materiales maleables las intuiciones de modelos, formas y colores que surgen del nivel instintivo o inconsciente de la mente.
Cada hombre, será capaz de expresarse como un artista de alguna clase; pero sólo un tipo especial de hombre puede convertirse en poeta, pintor, escultor o músico del tipo especial que llamamos “grande”.
Una “obra” de arte implica una cierta cantidad así como calidad de la obra, y la intensidad tiene que ser coextensiva a la cantidad.
El propósito del artista es perturbar la uniforme y ordenada superficie de la concepción convencional de la realidad. Su deseo es evitar el pensamiento y dar al mundo toda la inmediatez y vitalidad de las intuiciones y percepciones de los procesos instintivos de su espíritu. Su única preocupación es comprometerse, para controlar el exceso de su energía instintiva.
El desarrollo artístico consta de dos procesos: inmediato y esencial (inspiración) y proceso de elaboración.


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